lunes, 6 de julio de 2015

Un Domingo que recordaremos...

y... como para olvidarlo...  ayer fue un domingo caluroso. Y no lo sé porque viera algun termómetro, no, lo sé porque sudé. Lo sé porque vi sudar. Lo sé porque me mareaba. Lo sé porque casi me da algo. Lo sé porque mi padre me dijo el termómetro del coche ha llegado a 41º. También lo sé porque ayer veías a la gente en la entrada de la playa buscar un cachito de arena, lo más cercano al mar, dónde poder estirar su toalla, colocar su sombrilla, su nevera, y sus cacharros playeros domingueros. Pues una vez habían observado la playa y escogido parcela... salían corriendo como si no hubiera un mañana.
Pero bien, también lo recordaremos porque fue aquel domingo en que en cierto lugar nos recomendaron no hablar, que podría llegar a entender tal recomendación si fuera el pan nuestro de cada día, pero la verdad es que no creo que haya sido así. y si lo ha sido... tampoco hemos dejado de hacer otras cosas... pero bueno... lo recordaremos como el día en que del calor y la suma de palabras bien dichas pero dolientes me superaron y me tuvieron de morros bastante rato.
Pero lo que hizo el dia de ayer inolvidable... aiiis madre... sabes esas situaciones en las que algo tuyo pero ajeno a ti te hace morir de vergüenza? Pero morir morir?

vah, que lo cuento.



Pues bien, ayer pasamos la tarde en casa de mis padres. Hacia las 19:00 llegaron unos amigos de mis padres que son muy muy europeos y cenan a la hora en la que aquí podríamos hacer una merienda-cena. (Lo que me gustan a mi las merienda-cena). Total que entre el calor y que estábamos en la piscina... Cascabelito iba en pelotillas. Y así nos sentamos todos a la mesa. De pronto vemos a Cascabelito, que estaba sentado al lado de Ninja en un baúl de estos de jardín, que se reincopora y se pone en cuclillas, y exclamamos: que haces? pues el pequeño Cascabelito con un trozo de pizza en una mano y la otra bajo su culo... (si, piensa mal y acertarás)  se dispuso a evacuar. El papi y yo corrimos y casi saltamos por encima de todo el mundo para agarrar su mano y lo que acababa de expulsar. Tengo que decir que mi madre se convirtió en la super "Agüela" Flash y puso un papel entre el proyectil y el baúl que hacía de asiento. 
Con el calor que hacía por más que estuviéramos al aire libre el ambiente y los buenos olores de las comiditas que habían en la mesa quedaron en nada ante el proyectil. 
Ninja se reía a carcajadas, Cascabelito nos miraba con cara de: podríais dejarme cagar tranquilo?! Y el hijo pequeño de los muy muy europeos empezó a tener arcadas. 

Yo no sabía dónde meterme. Sé que ni lo hizo a posta, ni era consciente, pero yo presumiendo de operación pañal y de que es un crack, que todo va al water que muy pocas veces se le escapa algo y...
va el señor y convierte un domingo inolvidable por el calor en un domingo inolvidable que todos recordaremos por: ...y cuando Cascabelito se cagó delante de todos mientras meriendecenábamos enseñandonos que él comía y descomía a la vez y sin tapujos. 

Pues nada, no hice foto, aunque estube tentada. Pero pensé que tampoco era necesario. jiijiji

Y ahora si! Feliz Lunes a todos. 


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